El  título del cuento de Adolfo Bioy Casares, La trama celeste (1948), sirve de título en esta exposición de la Sala d’Art Jove, en la que entre los proyectos que se presentan toma protagonismo el juego y el hecho lúdico. Como afirmó el filósofo Johan Huizinga en su obra Homo Ludens (1938)- la cual se dedicaba a analizar el juego como fenómeno cultural y que, asimismo, nos sirve para introducir la exposición:
 
“La realidad “juego” abraza, como todo el mundo se da cuenta, el mundo animal y el mundo humano. Por tanto, no se puede basar en ninguna conexión de tipo racional, porque el hecho de fundarse en la razón lo limitaría al mundo de los hombres. La presencia del juego no se encuentra vinculada a ninguna etapa de la cultura, a ninguna forma de concepción del mundo. Todo ser pensante se puede imaginar la realidad del juego, el hecho de jugar, como una cosa independiente, peculiar, aunque su lenguaje no disponga de ninguna palabra general para designarlo. No es posible ingnorar el juego. Casi todo aquello abstracto se puede negar: derecho, belleza, verdad, bondad, espíritu, Dios. Lo que es serio se puede negar; el juego, no.”
 
El trabajo en torno al juego, así como los mundos paralelos y las relaciones entre apariencia y realidad tal y como ocurre con el relato de Bioy Casares, sirve a los artistas que participan en esta exposición para efectuar también un seguido de reflexiones alrededor de su propia práctica artística y el funcionamiento del sistema del arte: Zeyno Pekünlü con la realización de un juego web que recorre los diferentes pasos que ha de realizar una persona procedente de un país tercermundista para llegar a ser artista –El juego de ser artista de la periferia - ; Guim Camps, con el desafío de invertir en lotería con la ayuda de producción, 750€, que se destinan a cada artista seleccionado con la convocatoria Art Jove –Si guanyo, m’ho gasto tot en loteria- ; y el colectivo lamalavista, con el desarrollo de diferentes dinámicas de colaboración con los artistas que han integrado este año la programación de la Sala d’Art Jove, y que se han orientado tanto hacia el resgistro documental como a generar debates en torno al arte contemporáneo –Debart ½.